En el primer caso, considerando la solución de software privativo, aunque es posible conseguir rebajar los costes, la verdad es que probablemente sólo será posible mantenerlos, ya que los servicios se contrataron en una situación de libre concurrencia sobre una solución madura en el mercado, en la que diferentes proveedores podían acreditar su experiencia, y no parece muy razonable que sea posible obtener una gran rebaja. Por otra parte, consideraremos también que las cuotas de mantenimiento de actualizaciones no aumentan.
Con respecto a la solución de software libre, en cambio, hemos partido del supuesto de que la falta de concurrencia, y por lo tanto de competencia, era la causante de un incremento de los costes. Así pues, parece que no sería demasiado extraño que otros proveedores hayan empleado la pericia necesaria para proveer estos servicios; de aquí que este argumento pierda peso; con lo cual sería lógico obtener una rebaja, como mínimo hasta situar el importe de estos servicios al mismo nivel que los que obtenemos con la solución privativa.
La tabla siguiente resume la evolución de estas dos situaciones.
Como se puede ver, el coste superior inicial de la solución de software libre (la inversión necesaria para desarrollar la aplicación como software libre) quedaría absorbido por el coste recurrente del mantenimiento de las licencias del software privativo en un plazo de cuatro años. En este mismo periodo, el importe destinado a servicios, que representaría la parte de la contratación que beneficiaría directamente a las empresas locales, sería un 17,5% mayor que en el caso de haber construido la solución con software privativo.
Ahora bien, todo este supuesto se ha hecho basándose en el escenario del despliegue de una aplicación donde el coste de licencias supone una parte muy pequeña del global. Sin embargo, ¿qué sucedería si la implantación fuera de soluciones ya listas en un determinado ámbito de la administración o la sociedad: una suite ofimática, un antivirus, un cliente de correo, un editor de gráficos o una impresora PDF? ¿Qué pasaría si el producto tuviera un número de usuarios potenciales y, por lo tanto, de licencias, muy elevado? A partir del análisis efectuado en el supuesto anterior, se puede ver que cuanto más peso tenga el coste de la licencia sobre el global del proyecto, más ahorro comportará la utilización de soluciones de software libre. Por otra parte, también evidencia que cuanto mayor sea el impacto de esta implantación (especialmente sobre las personas pero también sobre otras aplicaciones o sistemas), mayor será la inversión inicial, dada la necesidad de realizar adaptaciones o formar al personal en las nuevas aplicaciones.
Habría que considerar que el escenario donde se desarrolla este supuesto es plausible a corto plazo, pero que si una administración pública empieza a licitar servicios sobre soluciones de software libre, las empresas de su entorno tratarán de adquirir la pericia suficiente en estos entornos para poder competir en mejores condiciones en estas licitaciones, lo que llevará a desmontar el argumento del sobrecoste por desconocimiento sobre el que hemos construido el supuesto anterior a partir de las sucesivas licitaciones en estas tecnologías.
Aparte del ahorro económico vinculado a la gratuidad de las licencias del software libre, continuamente se habla del hecho de que las nuevas versiones de los entornos de software libre no suelen requerir actualizaciones de hardware, lo cual suele darse en los sistemas operativos privativos por el hecho de que los fabricantes llegan a acuerdos para vender estos sistemas a los nuevos equipos. Generalmente, un equipo que ya ha llegado al final de su vida útil con un sistema privativo porque las aplicaciones actuales ya no funcionan puede seguir siendo útil en un entorno de software libre, ya sea utilizando un sistema ligero, o bien actuando como terminal ligero en un sistema de terminales. Este tipo de re-utilización no es muy frecuente en sistemas corporativos o empresariales, pero sí en los contextos escolares, de telecentros o de aulas de alfabetización digital.
La mayoría de las consideraciones que hemos expresado hasta ahora se apoyan en la Administración pública como receptora de desarrollos internos de software libre. ¿Qué sucede si nos ponemos en el papel de la Administración pública como impulsora del uso?
La mayor parte de legislaciones protegen el software con las leyes de propiedad intelectual y en la mayoría de casos el uso de software privativo sin la adquisición de la correspondiente licencia es ilegal. Es responsabilidad de las sociedades de autores denunciar y de la justicia, perseguir estos actos. Desde el punto de vista del impulso de la sociedad de la información, ello supone una discriminación para las clases menos favorecidas, ya que las coloca en el dilema de escoger entre quedarse al margen de la digitalización, o bien acceder ilegalmente. En este caso, la gratuidad de las licencias que encontremos en la práctica totalidad del software libre hace muy difícil buscar argumentos que justifiquen que no sea la opción más adecuada en iniciativas como la incorporación de las TIC al sistema educativo, las redes de telecentros y las actividades de alfabetización digital, las acciones para fomentar la digitalización de las empresas y cualquier actividad, en general, que busque una mayor penetración de las TIC en la sociedad.
Fuente: UOC - Software Libre en el Sector Público
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