lunes, 15 de noviembre de 2010

Software Libre en el Sector Público: Libertad de localización y traducción

En una herramienta informática, el término localización se refiere al conjunto de modificaciones necesarias para adaptar esta herramienta a las características locales de un país o región. Estas adaptaciones suelen incluir su traducción –tanto de la interfaz como de la documentación–, la adaptación al marco legal local, la divisa utilizada en la expresión de importes económicos, los diccionarios, la forma de expresar números, fechas o importes, etc. 

El principal objetivo que mueve la industria del software es, fundamentalmente, tanto para el software libre como para el privativo, conseguir el máximo rendimiento de la inversión realizada. Pero, dejando de lado este objetivo, los modelos de negocio en las dos industrias a menudo son bastante diferentes. 
Mientras que en el primer caso el fabricante obtiene una gran parte de los beneficios de la venta de licencias de su producto, en el segundo los obtiene de vender servicios a su alrededor. En los dos modelos el beneficio del fabricante es mayor cuantos más usuarios tenga su producto, pero en el modelo del software privativo todas las modificaciones y adaptaciones del producto corren a su cargo. 

La realidad a la que conduce este hecho es que la gran mayoría del software privativo sólo está disponible en la lengua original en que se desarrolló y, en todo caso, en las lenguas de aquellos territorios donde su fabricante identifica un mercado lo bastante interesante como para que compense el esfuerzo de emprender esta traducción. ¿Qué sucede con lenguas minoritarias como el catalán, el gaélico, el vasco, el gallego, el occitano, el flamenco, etc.? ¿Qué pasa con lenguas que requieren de adaptaciones de la interfaz, como el árabe, el chino o el hebreo? Pues depende de cada caso. En determinadas ocasiones los fabricantes pueden autorizar la traducción por parte de terceros, o incluso llevarla a cabo a cambio de alguna contraprestación. También puede ocurrir que el fabricante no autorice la localización. Hay que destacar que los fabricantes ¿tienen derecho a hacerlo, ya que supone una modificación del software y, por lo tanto, un incumplimiento de la licencia. Así que, finalmente, la situación más habitual es que los hablantes de estas lenguas acaben utilizando el software con un idioma diferente al suyo. 

En muchas ocasiones, las administraciones públicas han empujado a los fabricantes de software a traducirlo, ya sea directamente por medio de una contratación, o bien indirectamente como contrapartida por la adquisición de un determinado volumen de licencias. Desgraciadamente, el software evoluciona y a veces estas acciones quedan reducidas a una versión concreta. Según las condiciones con las que se haya efectuado una operación de este tipo, podría ser necesario, incluso, volver a traducir toda la aplicación de cada una de las versiones posteriores. 

Con respecto a la localización, actualmente los entornos gráficos de los sistemas operativos con mayor implantación han resuelto muy bien muchos de los aspectos de este proceso (la expresión de fechas, números, importes económicos, etc.), así que la mayor parte de aplicaciones delegan estas tareas al sistema operativo. En cuanto al resto de adaptaciones, las aplicaciones se desarrollan de una forma lo bastante genérica para que sean válidas, con independencia de estas particularidades y, cuando eso no es posible, como ocurriría con los diccionarios, muchas veces se opta por soluciones externas bien documentadas que presten estos servicios y que puedan ser provistas por terceros. 

En el software libre, en cambio, las diferentes licencias existentes garantizan la libertad de modificar el software y de redistribuir las copias modificadas; por lo que la libertad de traducción es una de sus características inherentes. De hecho, muchos proyectos de software libre tienen comunidades de traducción y localización que se ocupan de mantener las versiones de los diferentes idiomas y que están abiertas a la incorporación de nuevas lenguas siempre que alguien se encargue de ello. 

En contextos de software libre, es muy frecuente que todas las aplicaciones compartan los mismos motores de corrección; de esta manera, se consigue una mejor integración y coherencia entre las diferentes aplicaciones. Últimamente, las administraciones públicas que tienen competencias en territorios con lenguas minoritarias participan o colaboran en los procesos de localización de aquellas aplicaciones de software libre que utilizan, ya sea directamente, con proyectos internos o bien ofreciendo a la ciudadanía acciones de difusión.

Fuente: UOC - Software Libre en el Sector Público

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