Entrando inmediatamente en materia, de primera mano es un problema de educación.
Al igual que el jazz en la música, o la música clásica o barroca o instrumental de cualquier otro género o época tiene poca penetración en la gente por la falta de educación.
Nos decía Teo Veras, un líder en la radiocomunicación y las telecomunicaciones en este país, en la primera tertulia para el Congreso de Jazz desde la perspectiva Caribeña del Centro León, que efectivamente el jazz resulta difícil de entender o digrerir para la mayoría de las personas porque no tienen la más mínima idea de lo que es la música. Muchos se conforman con un simple merengue o bachata mal cantada que repite la misma fácil melodía y que le hace mover el cuerpo o le recuerda una novia o amante porque está diseñado para eso. Y que muy al contrario, el jazz nos muestra algo más complicado con un tema principal, improvisacón y solos de músicos que interpretan la pieza y esto lo hace cuesta arriba para una persona sin educación (o como mínimo base en apreciación musical).
Pero entonces, ¿Qué pasa con los informáticos que tienen la educación y aún no han dado el paso de migración y siguen esclavizados a malware, virus, perder particiones, archivos, música, formatear frecuentemente y usar un sistema (in)operativo completamente? Todavía sigue siendo el mismo problema: Educación.
Gracias a la gentileza de nuestro lector, el señor Rafael Jiménez Gómez, que vivió la llegada de la primera computadora a República Dominicana, y que nos ha enviado detalles que son de gran aporte para conservar la memoria histórica de nuestro país, pudimos reconfirmar que la primera computadora que se instaló en RD fue una UNIVersal Automatic Computer, Computadora Automática Universal, mejor conocida como UNIVAC que llegó al país a finales del 1963 y fue instalada en los primeros meses de 1964 en el Central Romana Corporation, cuando para esa época existían en RD cuatro instalaciones de maquinarias electromecánicas llamadas sistemas de tabulación con maquinas clasificadoras, interpretadoras, impresoras, etc., que estaban instalados en la Dirección Generales de Estadísticas, en lo que es hoy la Junta Central Electoral, en el Instituto Dominicano de Seguros Social y en el Central Romana. 
