lunes, 2 de mayo de 2011

Cultura Libre: Rompiendo el modelo tradicional (I)

No es para menos. Un cambio de paradigna tiene muchas implicaciones no sólo a nivel personal (el individuo, la mente) sino también en las sociedades (la colectividad) traídas a la misma precisamente por el individuo, que es donde todo comienza. Un hábito, según los expertos en la conducta humana, nos lleva unos pocos días o repeticiones para fijarlo en nosotros literalmente para siempre. Un paradigma o modelo arraigado en nosotros (hecho hábito) se convierte en un estilo de vida, se convierte en una forma de ver el mundo y lo que en él existe, todas las cosas que hacemos y la forma en la que las hacemos.

Vivimos en la llamada "Era Digital". Recuerden esa palabra: Vivimos (tiempo presente). Los que nacimos antes de esta era y la hemos visto llegar quizá somos los únicos que podemos entender el cambio de paradigma que se acerca, pues nos enseñaro que si queríamos ver una película debíamos comprar la video-cinta, si queríamos escuchar música debíamos comprar el disco o la cinta y, en adición a cada uno de estos dos casos, teníamos el aparato en casa para cada medio.

Todo aquello se convertía en un ritual. Poder disfrutar la música de tu artista o tu película favorita, sólo o en familia, con toda la información que nos daba la caja de la video-cinta o el estuche del disco o cinta de audio era algo único. Saber, por ejemplo, dónde grabaron y en qué fecha, cuáles músicos participaron en los temas o una sinopsis de la película. Realmente eso no tenía precio, por supuesto viéndolo desde donde nos encontramos ahora.

Recuerdo también lo genial que era poder instalar un programa en Windows como CorelDRAW 3 desde su disco original de color negro. Era la única forma de hacerlo. No había forma de hacerle una copia por muchas razones que no hacen falta mencionar.

El que tenía un material original tenía algo que valía pues se valoraba como tal por el simple hecho de ese era el modelo que se podía sustentar con la tecnología existente en la época. Claro que, hoy día podemos valorarlo pero por muchos factores resulta una valoración relativa.

Si esto sigue por donde va, es muy probable que muchos de nuestros hijos nunca lleguen a comprar un disco original de música o de software, pues con el auge de tecnologías de copiado de discos, crecimiento en la capacidad de los dispositivos de almacenamiento, almacenamiento en Internet, compartición de archivos (P2P), y un largo etcétera; ¿Cómo rayos le dices a un jovencito de la era digital que debe comprar algo que tiene al alcance de un click sin costo alguno?

Sería una buena solución continuar el modelo tradicional e incentivarlos a que respeten los derechos de autor y de propiedad intelectual, eso hay que hacerlo. Motivarlos a que compren todo lo que quieran escuchar o ver cueste lo que cueste. Pero con el abaratamiento de la tecnología y la creciente expansión de la Internet sumados al empeoramiento de la calidad y aumento del costo de la vida, eso es casi un suicidio.

Está demás decir lo costoso que resulta adquirir un DVD de una película, documental o concierto de artistas famosos, cristianos, etc. El precio que hay que pagar por el derecho a ver, de forma privada, algo con copyright es muy alto. Tal es la complicación del copyright que en muchos países los comediantes pueden hacer chistes basados en el Papa Benedicto XVI pero no pueden hacer chistes con marcas como McDonald's, Toyota, etc. Hasta en los negocios está prohibido reproducir material con copyright para entretenimiento de los clientes.

Es aquí entonces donde el nuevo modelo denominado Cultura Libre entra para jugar un papel fundamental y de cambio de mentalidad...

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